El curioso caso del mosquito que reconocía golfistas

El curioso caso del mosquito que reconocía golfistas

Acabo de ponerle titular a este artículo y cuanto más lo leo más me suena a uno de esos telefilmes estadounidenses de ‘serie B’. Al igual que en esas producciones baratas donde gustan de poner el rótulo que proclama estar “basada en hechos reales” para dotarla de la credibilidad de que carecen, esta historia también lo está. Y es que la realidad, siempre supera a la ficción.

Verán. Nada más empezar y como si fuera una entrega de Star Wars, un texto relata cómo en un lugar de Brasil de cuyo nombre no querremos acordarnos dentro de un par de meses, habita un mosquito que según cuenta la leyenda es capaz de distinguir a los golfistas entre una amalgama de más de diez mil deportistas.

Al parecer, explica ahora una voz en off mientras se ven algunos golpes de driver, los expertos consultados por algunos de los golfistas que muestran las imágenes, dicen que el dichoso bicho es capaz no solo de identificarlos entre la muchedumbre de jóvenes vestidos de chándal, sino que tiene la maldad necesaria para privarlos de la experiencia de la paternidad. Lo que no explica la locución es donde pensarán estas criaturas que les va a picar el juguetón insecto. Supongo que con no airear los genitales al viento de Copacabana sería más que suficiente para evitar cualquier incidente.

Lógicamente los guionistas de esta película se han preocupado de elevar la emoción hasta hacer que al espectador se le encojan los dedos de los pies por la tensión, y que las palomitas se le “hagan bola” en la garganta. Y no es por hacer spoiler, pero tengan cuidado en este punto no vaya a ser que el mosquito se cobre víctimas colaterales por atragantamiento entre los que asisten ensimismados al desarrollo del capítulo en el que descubrimos un elemento más.

El chamán de los golfistas predice que solo va a atacar a los mejores del mundo y por eso estos se lanzan a proteger a sus esposas y a su futura descendencia excusándose para no frecuentar al lugar donde campea el zancudo. Es una secuencia traumática, la audiencia se tambalea. ¿Merece la pena seguir viendo la serie si los protagonistas dejan de serlo?

La siguiente parte del serial toma un importante carácter documental. Los fervientes seguidores de las estrellas de los 18 hoyos quieren saber cuales son los riesgos que entrañan para sus héroes pasear por la zona de caza del mosquito y se preguntan qué posibilidades hay de que sean picados por el insecto y, más aún, que posibilidades hay de que contraigan algún tipo de enfermedad.

Naturalmente la respuesta hay que buscarla más en el mundo de la ciencia que en el de la ficción y es contundente. Las cifras no dejan lugar a dudas. Según los especialistas en medicina tropical del Hospital Ramón y Cajal, en el peor escenario posible, solo uno de cada cien mil asistentes a los Juegos de Río se contagiará con el virus Zika y eso no significa que ni siquiera sea consciente de haber estado enfermo.

La preocupación aumenta entre los espectadores tras la pausa científica y los guionistas le dan un giro inesperado a la historia haciendo que los protagonistas sucumban a la presión, se conviertan en villanos y salgan del guión confesando sus verdaderas intenciones.

Quien sabe si todavía a mitad de la primera temporada estamos a tiempo para que los actores secundarios tengan la oportunidad de salvar la producción que el director de casting ha puesto en peligro con su mala gestión del reparto. En los espectáculos televisivos, y este sin duda lo es, las oportunidades no se repiten, así que habrá que esperar que el próximo capítulo no sea el último.

Javier Jiménez (La Radio del Golf – Madrid)

Fuente: Golf Puebla

 
 
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