Yo le creo a Camilo

Yo le creo a Camilo

Bajas, bajas y más bajas. Esa ha sido la tónica de las noticias que hemos recibido durante el último mes con respecto a los golfistas profesionales y su (no) participación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Y, en la fecha límite del pasado lunes, era imposible que no ocurriera una baja más.

Como ya se suponía luego de sus bajas actuaciones en el Barracuda y el Barbasol, fue el colombiano Camilo Villegas quien siguió los pasos de Dustin Johnson, Rory McIlroy y otros al anunciar su retiro de los Juegos. Pero, ¿cuál fue la razón del retiro de Villegas? ¿Es esa razón más válida que la de los otros?

Como ya lo he mencionado en columnas anteriores, los golfistas han argumentado todo tipo de razones (o hasta pretextos) para no asistir y representar a su respectiva nación. Algunos se han retirado por priorizar torneos “más importantes”, por seguridad, mosquitos, falta de ganas o por el Zika. De todos modos, también hay motivos aparentemente más específicos, como es el caso de Villegas.

Gran parte de lo que sucede con el reconocido golfista colombiano es que de ir a los Juegos Olímpicos detiene su posible crecimiento en el PGA Tour, gira donde viene jugando sin mayores interrupciones durante la última década. Pero, debido falta de triunfos y buenos resultados, para el nacido en Medellín es urgente comenzar a sumar puntos puesto que el golf no solo es su pasión, es también su sustento para vivir.

Sin tarjeta en el PGA Tour cambia mucho el escenario para cualquier golfista. Basta ver el millón de dólares que gana un campeón de un torneo de la máxima gira del planeta contra los 110 mil dólares que promedia alguien que triunfa en el Web.com Tour.

Es por eso y por los requisitos que tiene que cumplir (ascender más de 20 posiciones en la clasificación de la FedEx Cup, donde está 146°) que Camilo tenía dos opciones: asistir a Río y darle una posible medalla a su país o velar por su carrera profesional para luchar por mantener su tarjeta profesional. Tengo que confesar que a Camilo, junto al sincero australiano Adam Scott y al zimbabuense Brendon de Jonge, es de los pocos a los que le creo su justificación por no ir a Río.

Villegas optó por esperar hasta la fecha límite para “tomar la decisión” como él mismo afirmó, porque cabía la esperanza de ascender alrededor del puesto 100° o 105° en la clasificación de la FedEx Cup. Lamentablemente, eso no ocurrió antes del lunes 18 de julio.

Es quizás Camilo quien ha tenido que pagar los platos rotos de los medios y las fuertes críticas de los aficionados respecto a su decisión, pues para bastante gente él es un jugador más que se da de baja. Pero muchos olvidan que si no renueva su tarjeta en el PGA Tour también puede perder parte de sus patrocinios, dinero y también bastante confianza.

Estoy segura que Villegas está consciente del sacrificio que está realizando, puesto que desde el año pasado venía recalcando la importancia de participar en los Juegos Olímpicos. De hecho, Camilo ya enfrentó la incertidumbre de tener tarjeta parcial en 2013, donde salió adelante gracias a sponsor exemptions y buenos resultados.

Patriotismo/orgullo olímpico vs. trabajo/estabilidad económica. ¿Ustedes que harían?

De todos modos, sigo considerando que la puerta para el Golf Olímpico debe de ser abierta en su mayoría a amateurs que, sin más ni menos, no tienen la mente tan enfocada en dinero, títulos o rankings. Lo único que buscarían ellos es tener la dicha de ganar una medalla para su país.

Reitero: no es justo culpar a alguien como Villegas, cuyo único error fue no poder estar más arriba en el ranking de la gira más difícil del planeta. Muchos golfistas, con nada que perder, dieron su baja por un virus que además ya no es tan riesgoso como lo era hace unos meses atrás.

Por Nina María Iniestra de la Riva

Fuente: Golf Channel Latin América

 
 
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