Copa Ayacucho

Copa Ayacucho

El 5 de diciembre de 1924 se entregó la Copa Ayacucho, ofrecida por el General J.V. GómezPresidente Constitucional de la República al vencedor del torneo de golf realizado el Caracas Country Club de Las Barrancas, en Antímano, como relata textualmente prensa de la época, El Nuevo Diario

Ofrendó la copa, a nombre del General Gómez, el señor General Julio HidalgoGobernador del Distrito Federal, y luego el doctor José Emigio Muñoz Rueda, Secretario particular del Gobernador, expresó los sentimientos de este en breve y expresivo discurso que resumimos a continuación: “El Benemérito Jefe de la Nación, General J.V. Gómez se ha dignado comisionar al general Julio Hidalgo…Todos sabemos lo que significa, en estos días que corren, el espíritu deportivo de una nación. Todos sabemos que en la medida que ese espíritu, ha contribuido al engrandecimiento de los países…, ¿Hubiera podido Inglaterra  conservar su vasto predominio sobre razas y pueblos tan complejos, si el deporte no hubiera contribuido a endurecer al colonizador, inmunizándolo, en cierto sentido, contra el clima, contra el hombre, contra la fiera? ¿Hubiera acaso nuestro potente vecino del norte alcanzado su asombroso desarrollo, si en su mayor parte, no se lo debiera al cultivo del músculo? ¿Y el arrogante japonés, de agilidad felina y músculos de bronce, hubiera podido sin su religión del deporte, llegar a ser, hoy por hoy, el enigma inquietante de la humanidad occidental?

Mente sana in corpore sano”, enseña el sabio aforismo. El vigor físico de un individuo, tiene, indudablemente que ejercer influencia decisiva sobre su inteligencia, capacitándolo para luchar con ventaja, en las ardientes arenas de la vida… El vigor físico, produce optimismo y la confianza en nosotros mismos, armas poderosas para triunfar en todos los órdenes de la humana actividad.”…”Se llena verdaderamente de satisfacción el ánimo, ante el espectáculo de esos torneos pacíficos y trascendentales, en donde vemos rivalizar, a una, la inflexibilidad, el vigor, la agilidad, de aquella incipiente juventud, …” “Más que a estos torneos y justas caballerescas de la edad media, debemos estos torneos, como el que motiva la adjudicación de esta copa, a juegos públicos de la Grecia de los tiempos heroicos. Estos espectáculos no eran allá, en realidad, sino un concurso nacional en que cada ciudad, celosa de la victoria, prometía las más hermosas recompensas al vencedor. La juventud se esforzaba en adquirir todas las cualidades requeridas para presentarse en los concursos, pues el haber obtenido un premio, inspiraba una mayor aptitud para resistir al enemigo en el campo de batalla.. El atleta vencedor, coronado de encina y de laurel, entraba en su ciudad por una brecha abierta en las murallas y era corriente ver a las muchedumbres, ebrias de entusiasmo, disputarse la honra de tirar del carro del vencedor.”

El ganador de la Copa Ayacucho fue el señor C. W. WhiteGerente de la Compañía Bigott, mientras entre las damas, el secretario del club, señor Martínez Sánchez ofreció la copa para la ganadora que correspondió a la señora Belén de Behrens, cuya celebración tomó lugar en la Casa Club del Caracas Country Club de Las Barrancas, Antímano.

 
 
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