La “Trompada” al Calentamiento Global

La “Trompada” al Calentamiento Global

Es conocido el papel que juega el Golf en el ambiente al practicarse en instalaciones al aire libre rodeado de vegetación y fauna, pero lo que no se entiende mucho es la salida de los Estados Unidos del ‘Acuerdo de Paris’ cuando un importante segmento del negocio del presidente Donald Trump está en las canchas de golf y cuando el mundo entero clama y aprueba por su puesta en marcha

Caracas, Venezuela, 7 de Junio del 2017, (www.RevistaFairway.com).- Hoy en día se habla mucho del calentamiento mundial, producto, entre otras cosas, del Acuerdo del Clima de París sobre la mitigación de las emisiones de gas por el efecto invernadero, adoptado por consenso el 12 de diciembre del 2015 con la participación de 195 miembros del UNFCCC (United Nations Framework Convention on Climate Change), y activado en noviembre 4 del 2016, el cual fue rechazado por los Estados Unidos en junio del 2017, específicamente por el presidente Donald Trump en representación de su país, saliendo oficialmente del acuerdo junto a Siria y Nicaragua como los “únicos” países que no participarán, cuando uno de sus principales negocios de bienes y raíces es el desarrollo del golf, estimado en $ 1.57 billones de dólares con 17 canchas en Escocia, Irlanda, Dubai, y del otro lado del Atlántico, tiene 12 en los Estados Unidos, como lo observa Wikipedia.

Para entender un poco de lo que se trata este acuerdo realmente global, la convención está orientada para la implementación de tres puntos centrales descritos en el Artículo 2 “mejoramiento de la implementación” de la manera siguiente:

  • Mantener el incremento de la temperatura promedio global debajo de 2ºC de los niveles pre-industriales y desarrollar los esfuerzos para limitar el incremento de temperatura a 1.5ºC encima de los niveles pre-industriales, reconociendo que esto reduciría significativamente los riesgos y los impactos del cambio climático;
  • Incrementar la habilidad de adaptarse a los impactos adversos del cambio climático y mejorar la resistencia al clima y bajar las emisiones de gas por el efecto invernadero en desarrollo, de manera de no perjudicar la producción de alimentos;
  • Asegurarse que el flujo de financiamiento sea consistente con el camino de bajar las emisiones del gas invernadero y el desarrollo de la resistencia a los cambios climáticos.

Observando que en el Acuerdo de París, cada nación determina su propia contribución en orden para mitigar el calentamiento mundial y no hay ningún mecanismo para forzar a ningún país a cumplir objetivos específicos en fechas determinadas, aunque si estando todos de acuerdo en alcanzar “las metas globales propuestas en la reducción del gas invernadero cuanto antes mejor.”

En junio del 2016, apareció un artículo en Here & Now, importante y reconocido site radicado en Boston manejado por dos premiados periodistas (Robin Young y Jeremy Hobson) de cobertura mundial, donde se trataba el calentamiento mundial y sus efectos en el golf como industria, “Golf tiene un impacto económico global cercano a los $70 billones al año, con un impacto en fondos sociales en el orden de los $4 billones, con unos 143.000 eventos al año. De manera que no debe sorprender que las canchas de golf alrededor del mundo andan buscando la manera de mitigar los efectos del clima en la actualidad y de las proyecciones en el impacto del cambio climático en los links.”

Canchas como Riverbend y Valhalla en los Estados Unidos están entre las canchas que han tomado medidas para prevenir más daños por el clima, y en la Gran Bretaña, Donald Trump International Golf Links Ireland recientemente solicitó un permiso para erigir una pared en el mar en su cancha de County Clare. Robin Young de Here & Now es acercó al agrónomo de la grama Richard Windows de Sports Turf Research Institute en Glasgow, Escocia, para preguntarle sobre el golf y el cambio climático, y en particular, sobre “el impacto de mucha agua en las canchas de Escocia.”

La Trompada al Calentamiento Global (cortesía Post-Bulletin)

Inundación y grama no se llevan muy bien juntos, efectivamente sofoca el engramado. Sucede en todas partes, ciertamente en la costa de Ayrshire donde se jugó el Open en Royal Tron en el 2016, nosotros tuvimos más de un metro de agua de lluvia entre noviembre y febrero de ese año, lo cual es una gigantesca cantidad de agua. Adicionalmente, tuvimos tormentas y marea alta, todo lo cual involucró grandes cantidades de aguas en la costa oriental de Escocia y la costa oriental de Gran Bretaña ese año. Esta situación en la que nos encontramos es real, claramente estamos viendo condiciones más húmedas que nunca antes, con una grama creciendo más larga, cuando hace unos 10 y 15 años atrás, las máquinas cortadoras las sacábamos en octubre, ahora todavía estamos cortando hasta el mismo Día de Navidad. Al mismo tiempo, nosotros estamos recibiendo climas con más agua que antes, por lo que la grama está creciendo fuerte, pero no podemos meter las cortadoras por las condiciones húmedas y suaves de la superficie.”

Ahora Young le preguntaba a Windows sobre lo qué se ha hecho para adaptarse a los cambios climáticos, explicando “nosotros entendemos que el golf necesita adecuarse al escenario, y no lo contrario, de imponernos sobre él. Hemos sido muy juiciosos con el uso del agua y el uso de los fertilizantes. Pero, pienso que el cambio climático, moderado, inviernos más húmedos y calientes, veranos más secos, nosotros necesitamos ser más efectivos en el uso del agua. Por lo que mejores sistemas de drenajes en el invierno, para capturar y almacenar el agua para el uso posterior en el verano, pero también pensar en el tipo de grama que debe uno usar. Ciertas gramas requieren más agua que otras, por lo que favorecer las especies más tolerantes a las sequías, como más tolerantes al clima caliente, cuyas condiciones son las ideales para fomentar más actividad enfermedades y hongos.”

La presentación y la visual de la cancha de golf refleja las condiciones del clima que hemos tenido, por lo que si has tenido un período de extensos períodos de clima seco en el verano, las canchas de golf naturalmente lucen marrones, aunque se juegue fantástico. Pero, es absolutamente importante que nosotros tengamos las gramas adecuadas para poder hacer eso, por lo ellas son todas gramas nativas permanentes, como las ‘fescues y browtop bent,’ que resisten las sequías. Ellas lucen como si hubieran muerto, pero no están, sólo que entran en estado de latente inactivo, se apagan ellas mismas, pero tan pronto les llegan las lluvias se activan de nuevo, se poner verdes y lucen su mejor traje, mucho de lo que hacemos para presentar nuestro golf en estas latitudes, donde el verde es bueno, pero donde uno no juega por el color, sino que juegas sobre la grama.”

Ahora, “¿cómo queremos ver el futuro de las gramas?,” se pregunta Scientific American, en una nota de Marianne Lavelle (ClimateWire) del 18 de agosto 2014, “esta creciendo en la Universidad de Rutgers en al ‘biblioteca’ de miles de 4×6 pies de lotes de siembras de investigación, donde hay 12.000 exclusivas para las gramas “bent” destinada a canchas de golf. Muestras llegan de todas partes del mundo, especialmente de Europa, donde se originan la mayoría de las especies que son usadas en las canchas de USA. Investigadores universitarios trabajan unas 25 compañías de semillas para desarrollar nuevas variedades; donde la universidad recibe royalties por medio de licencias y acuerdos de mercadeo. Variedades de Rutgers han sido usadas en Augusta National Golf Club en Georgia, los anfitriones del Masters cada primavera, así como el Yankee Stadium,” completa la introducción en la nota de Lavelle.

Nosotros tenemos por largo rato la más grande reserva de genes de gramas del mundo,” comentó William Meyrr, director del programa de la siembra de gramas Rutgers, extendiéndose, “nuestro objetivo central de siembra es desarrollar gramas que requieren pocos insumos de energía, fertilizantes, fungicidas e insecticidas. Estamos trabajando todos los ángulos.” Uno de esos ángulos es el cambio climático. Meyer cree que incrementar la diversidad genética en las gramas será la llave para hacer las canchas más resistentes. Una de las áreas más prometedoras es el estudio de los hongos que viven dentro de las plantas sin causarle enfermedad, conocidos como “endófitos” (endophytes), que aparentemente hace las gramas más resistentes a los insectos y más tolerantes al calor. “Cada vez que traen muestras de esos viejos engramados de Europa, usualmente vienen cargados de endófitos,” acentuó Meyer, “y eso es realmente emocionante en el área de la investigación.”

La USGA ha invertido unos $35 millones de dólares en investigación científica para mejorar y hacer más resistentes los engramados, trabajando con docenas de universidades estatales como Rutgers,” manifestó Michael Kenna, director de la Sección Verde de USGA. “Además de invertir en la investigación de gramas para la temporada de fríos en Rutgers, USGA trabaja en el otro tipo de gramas, ayudando a desarrollar especies resistentes a los climas cálidos que aguantan el invierno. La grama Bermuda Latitude 36, desarrollada en la Universidad  de Oklahoma State, ha sido usada no sólo en canchas de golf en la llamada “zona de transición” _una franja desde Virginia a Carolina del Sur y en el oeste de Oklahoma a Texas_, pero también  en los estadium de los Washington Redskins y en los Titanes de Tennessee,” como reporta el artículo de Scientific American, observando Kenna que “la Bermuda se ha movido geográficamente unas 100 a 150 millas al norte como resultado de la investigación de la USGA que ha financiado en la última década.”

La USGA reconoció en los años 70s, durante la severa sequía que atrapó al desierto del Suroeste y California, que la grama del golf tenía que vérselas sin el agua,” recordó Kenna. Eso era cuando el conocimiento de otros asuntos ambientales comenzaban a crecer, y la industria de golf buscó caminos para que las canchas cortaran el uso de la aplicación de químicos. “Cuando la gente habla de cambio climático, o de sequías, o están preocupados por el hábitat de la fauna, todas estas cosas nosotros venimos trabajándolas en los últimos 20 a 30 años,” manifestó Kenna, agregando, “lo que más ha cambiado es que las canchas de golf, los golfistas y los clubes líderes hoy en día están concientizados de que estos asuntos son reales. Nuestra industria,” cerrando el director del Green Section de la USGA, “si hemos de sobrevivir, tenemos que responder.”

Sorprendentemente, en mayo 23 del 2016, el cable Associated Press publicó un artículo donde comentaba que Donald Trump quiere construir otra pared gigante de 200.000 toneladas a lo largo de dunas, esta vez para mantener fuera el mar que pone en peligro inundar el lujurioso resort de golf en Doonbeg, Irlanda. El presidente republicano, en ese momento candidato, había llamado al cambio climático una “historia prefabricada” o un “engaño,” pero en la aplicación que solicitara en mayo del 2016 en el County Clare, en Irlanda, el Trump International Golf Links & Hotels citó como argumento el peligro de calentamiento global para conseguir el permiso, destinado para construir casi dos millas de una pared de piedra entre el resort y al océano Atlántico, observando que la playa frente al green del hoyo 18 pierde cerca de una yarda cada año, aunque obteniendo gran resistencia en la comunidad local y ambientalistas por sus efectos ecológicos.

La aplicación de Trump International Golf Links & Hotels, tal y como reporta la página de noticias (Político.com), cita las regulaciones locales pertinentes al “levantamiento de los mares, el incremento de la frecuencia de las tormentas y la energía asociada con el poder de las olas asociado al calentamiento global,” adjuntando una declaración sobre el impacto ambiental que dice que caso todas las dunas de la costa oriental de Irlanda están retrocediendo “debido al levantamiento del nivel del agua y el incremento de las tormentas en el Atlántico.”

Luego, el tema del calentamiento mundial es un tema por demás evidente y peligrosamente latente, tanto para la industria del golf mundial como para el planeta en general, pero veamos entonces, “¿qué tiene el golf para aportar?,” como plantea el Golfweek en el trabajo de M. L. Rose, y comienza diciendo, “la idea de que los humanos contribuimos al calentamiento mundial está basado en sólidas evidencias observacionales y resultados de estudios de modelo,” según la American Meteorological Society, como cita Rose, y amplía, “si las canchas contribuyen o afectan el esfuerzo de desacelerar el calentamiento mundial no es una respuesta fácil, porque diferentes canchas afectan el ambiente de diferentes maneras. Sin embargo, en propiedades construidas y mantenidas apropiadamente, las canchas de golf pueden ser ecológicamente muy amistosas.”

Es conocida la capacidad de las canchas de convertirse en los hogares de una gran cantidad de vegetación (y fauna) que produce oxígeno y remueve al anhídrido carbónico de la atmósfera, como explica el arquitecto de campos Mike Hurdzan, éstas “aíslan montones de carbono que reduce el calentamiento mundial. Incluso,” apunta Hurdzan, “hoy en día muchas de ellas son construidas sobre terrenos abiertos degradados con desechos o antiguos sitios de industrias, lo cual es totalmente beneficioso, así como usan de energía solar o por viento.”

Recordando que ya en el 2009, el popular cantante y amante golf, Justin Timberlake abrió la primera cancha de golf en USA en recibir el LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), certificación “Platinum” del US Green Building Council por la cancha de Mirimichi Lakes en North Shelby County en Tennessee, al ofrecer carritos de golf y avanzados sistemas de irrigación manejados por energía solar que usa lo más posible el agua de lluvia. Adicionalmente, hemos visto la efectividad del uso de especies de gramas que se nutren de agua salobre, cada vez más populares cuando están en las costas marítimas, como al mismo tiempo, Audubon International estima que la típica cancha de golf requiere unos 312.000 galones de agua cada día para irrigar la cancha, destacando que la mayoría hoy en día usan aguas recicladas y/o tratadas. Sin embargo, apunta Hurdzan, “reducir un bosque para construir una cancha de golf es definitivamente dañino.”

Luego, si está claro el asunto del calentamiento global, admitido por la casi totalidad de las naciones del planeta, y si Trump usó abiertamente el tema como argumento para erigir un muro de roca en Irlanda, con la intención de “defender” su resort de golf ante las amenazas del clima, la gente se pregunta, ¿Porqué entonces el presidente de los Estados Unidos votó por la salida del Acuerdo del Clima de París? Si Trump cree o no en un tema indefectiblemente cierto, los hechos hablan por si sólo, su decisión pareciera meramente producto de los compromisos electorales de una porción de algunos estados en USA, y no como resultado del sentido común, el deseo de casi la totalidad de las naciones del planeta _salvo tres países, y los ineludibles e indiscutibles hechos presentados por la sociedad científica internacional, muy en línea con las múltiples manifestaciones de los principales líderes de opinión en todos los sectores de la comunidad política, industrial, empresarial y social a nivel mundial.

El otro hecho ciertamente apreciable como loable son, tanto los beneficios que recibe el ambiente como consecuencia de las canchas de golf, como los importantes y determinantes esfuerzos que vienen haciendo las instituciones del golf mundial para estudiar, conocer y producir mejores especies de gramas, más resistentes al clima y que consuman menos recursos mantenerlas, al tiempo que también se han preocupado por enseñar, educar y promover nuevos métodos más conscientes del ambiente.

 

Fuentes:

 
 
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