Unesco, sombrero, patrimonio, inmaterial, humanidad

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Los procedimientos y técnicas artesanales de obtención de fibras vegetales para talcos, pintas y crinejas para la elaboración del sombrero pintao panameño fueron inscritos por el Organismo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en la lista del patrimonio inmaterial de la humanidad.

Se trata de la primera candidatura del país y supone un reconocimiento mundial de una de las prendas de vestir más características del folclor panameño, que se emplea generalmente por los hombres del campo para protegerse del sol.

La candidatura panameña recibió el visto bueno del Comité del Patrimonio Mundial del Organismo de la Unesco durante su reunión en la isla surcoreana de Jeju.

Los artesanos realizan trenzados y talcos con distintos motivos, y también pintas. Para su confección se utilizan fibras naturales de junco, bellota o pita, propias del clima istmeño, mientras que el color oscuro de sus franjas se obtiene de la planta chisná, cuyas hojas se hierven junto a las de fibras que serán teñidas.

Este tipo de sombrero forma parte de la indumentaria de todas las regiones del país en los bailes folclóricos y las fiestas comunitarias.

Panamá celebra el 19 de octubre de cada año el Día Cívico y de Conmemoración del Sombrero Pintao y la Dirección General de Artesanías Nacionales del Ministerio de Comercio e Industrias, por su parte, ferias y mercados artesanales para promover este producto.

Generaciones

Los procedimientos y técnicas de fabricación de sombreros se transmiten de generación en generación y se organizan concursos de trenzado para alentar a los sombrereros a perfeccionar su arte. Hay más de 400 artesanos que ejercen este oficio, viven de él y se muestran orgullosos de sus creaciones.

La calidad de estos sombreros se define por la cantidad de vueltas que tenga (menos de 15 y hasta 24), de ahí que de los precios oscilen entre 150 y 500 dólares; en tanto, el tono de los colores puede variar de acuerdo a la región del país; y el nombre, a las pintas que se utilicen para su confección.

El Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio de la Unesco está analizando 34 tradiciones o expresiones vivas. Las evaluaciones concluirán el próximo 9 de diciembre.

Este sombrero, realizado con fibras de junco, bellota o pita y tintes naturales, tiene una copa redondeada y sus alas no son muy anchas (cortesía Twitter Unesco)

La Unesco también ha elegido otras tradiciones como los cantos de trabajo de Los Llanos de Colombia y Venezuela, el silbo turco, las danzas marciales de Marruecos o la pizza de Nápoles.

El grupo que toma las decisiones está formado por representantes de 24 países firmantes de la Convención de la Unesco para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial y decidieron incluir en la lista estos bienes para responder a la “necesidad social” de preservar las artes y oficios tradicionales que de otro modo desaparecerían.

Cada año la Unesco recibe cientos de propuestas de los 175 estados que ratificaron la convención, pero solo acepta poco menos de 50, las cuales son remitidas con recomendaciones favorables o desfavorables de expertos a un comité integrado por 24 países, encargado de tomar la decisión final.

 

Fuente: La Prensa

 
 
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