Sherlock Holmes y el Misterio de la Bola Blanca

Sherlock Holmes y el Misterio de la Bola Blanca

Arthur Conan Doyle fue su creador, sus amigos todos ilustres y autores también eran perseguidores del juego, sus viajes venían con pelotas y palos incluido, sus hogares tenían que estar junto a un link, parecía que todo giraba en torno a la práctica del golf, fue el 1er presidente de Hindhead Golf Club y Capitán de Crowborough Beacon Golf Club

Todas las canchas de golf tienen su historia que contar, unas más importantes que otras, unas más viejas que otras, y sin duda alguna, unas más interesantes o curiosas que otras.

Este es el caso del autor del archi conocido Sherlock Holmes, el emblemático protagonista de misterio e intriga que ha roto las barreras del tiempo conquistando millones de hogares del mundo entero y resolviendo los más indescifrables enigmas, sin embargo, parece haber poco misterio en la historia de Sir Arthur Conan Doyle y su amor por el golf.

Probablemente Sherlock Holmes hubiera deducido los deseos y costumbres de su autor Conan Doyle con sólo verlo, al observar las arrugas de su chaqueta, causadas por el desgaste de los repetidos swing en su club. Elemental, querido Watson..!! Conan Doyle fue rápida y dispuestamente convertido hacia el golf, el cual se estaba propagando como fuego salvaje a finales del período victoriano en Inglaterra (1837-1901), pero sus relatos y personajes de ficción muy poco lo reflejaron, y muchos se preguntarían porqué siendo un empedernido practicante del golf, cómo su máxima creación del crimen de ficción, Sherlock Holmes, lo mantuvo ajeno a este deporte, fuera de la acción de los campos verdes y aislado del juego de la pelota blanca.

Sir Arthur Ignatius Conan Doyle nació en Edimburgo, Escocia, el 22 de mayo de 1859, hijo de padres católicos de origen irlandés recibió su educación primaria en colegio Jesuita (1868), primero en Stonyhurst Saint Mary Hall y luego en Stonyhurst College entre 1870 y 1875, para luego continuar su educación en Austria en otra escuela Jesuita, Stella Matutina, en la ciudad de Feldkirch de 1875 a 1876. Deportista desde pequeño, se entregó al golf desde que lo conoció, lo que continuó en la Universidad de Edimburgo en 1876, cuando comenzó sus estudios de medicina y donde conoció al médico forense Joseph Bell, el profesor que inspiraría al famoso personaje, Sherlock Holmes, destacando deportivamente en rugby, cricket, boxeo, ski cross-country y golf. También fue un ávido lector, estando entre sus favoritos, Sir Walter Scott (Escritor inglés novelas históricas; Ivanhoe), Robert Michael Ballantyne (Autor escocés de literatura infantil y juvenil), Mayne Reid (Escritor irlandés), James Fenimore Cooper (Novelista estadounidense de aventura), y Julio Verne (escritor francés de ciencia ficción), entre otros ilustres autores.

En 1897 se muda a Hindhead, en las afueras de Londres, lejos de la humedad y el smog de la ciudad para ayudar a la delicada salud de su esposa Louise Hawkins. Como era de esperarse, la mudanza trajo los problemas propios de un fanático del golf como Conan Doyle, cuando el club de golf más cercano le quedaba a unas 5 millas que no era cerca para aquellos tiempos sin transporte, por lo que se juntó con algunos amigos, incluyendo Edward Turle, el dueño del colegio de Hindhead, crearon Hindhead Golf Club en 1904, en un pequeño valle formado 2 millones de años atrás en la era glaciar, bautizada Pequeña Suiza, y Conan Doyle fue su primer presidente, rol que mantuvo hasta 1907, en uno de los lugares naturales más gloriosos y rankeada entre las mejores canchas de la Gran Bretaña, 6.390 yardas Par-70 a una hora de Londres.

De cualquier modo, su asociación con Hindhead no duró mucho más, ya que poco después comenzó a jugar en Crowborough Beacon Golf Club, una cancha de 9 hoyos abierta en octubre de 1895, donde terminó siendo el Capitán del Club en 1910 y su segunda esposa Jean Leckie, lo fue el siguiente año, aunque su influencia en Hindhead permaneció intacta, observando que luego intercedió para que el Primer Ministro Inglés David Lloyd George se hiciera socio del club en 1921. La mayoría de las novelas de Conan Doyle fueron hechas en Windleshand Manor, donde vivió con su esposa Jean y cuyo estudio daba para la casa club, y aunque era socio de varios clubes de golf, Crowborough era el que le quedaba más cerca y el que más cariño le tenía. La historia dice, que Conan Doyle hizo un pacto con su hijo de encontrarlo en lo que es ahora en green del hoyo 4, un año después de su muerte si fallecía en la guerra, que si falleció. Si realizó la conexión o no, se desconoce, pero sin duda alguna marcó su vida.

Aunque parezca extraño, los propios sentimientos de Holmes acerca del golf fueron parte del misterio que reinó en algunos de los más extraños y maravillosos casos investigados por él, comentado por su ejemplar cronista, Dr. Watson, destacándolo al inicio de ‘The Greek Interpreter,’ o la misma novela Sherlock & The Frightened Golfer, aquel que quiere ganar el Open Championship de 1896 en Muirfield y cuyo punto cúspide toma cuerpo en la última ronda del domingo. Conan Doyle mantuvo su vida privada y profesional separadas, de manera que mantuvo a Sherlock Holmes alejado de los links, pero aunque él haya mostrado un auténtico interés por el deporte, se dice que gracias al golf pudo crear y disfrutar muchas de sus aventuras, tal es el caso de cuando jugaba en la costa de Norfolk con el joven periodista del Daily Express, Bertram Fletcher Robinson, y salió la idea de una de las más famosas novelas del detective, The Hound os the Bakervilles (1901-02).

Conan Doyle jugaba golf cada vez que podía. Como viajero del mundo jugaba donde llegaba y a veces inclusive en condiciones adversas. En la época que residía en Suiza, se habla que improvisó una cancha hecha por el mismo donde las vacas le tumbaban y comían las banderas. Al viajar por primera vez a América en 1894, invitado por otro amante del golf, Rudyard Kipling (Uno de los más grandes cuentistas de la lengua inglesa; Libro de la Selva) a quedarse unos días en Vermont, para cuya estadía, como podrán imaginar, Doyle se llevó sus palos de golf y terminó dándole algunos tips a Kidpling _acreditado como el creador del golf en la nieve, mencionado por el mismo Conan Doyle, “mientras los campesinos de New England nos miraban desde lejos, preguntándose qué cosa estaríamos haciendo,” dos legendarios autores jugando una ronda de golf, ambos con hijos fallecidos en la guerra. Luego en un viaje a Egipto en 1895, Doyle jugó golf en una cancha cerca de su hotel, comentando, “si pegas un slide, podrás encontrar su bola en la tumba de alguno de los Ramsesés o de los Tutmosis.”

Fuentes:

 
 
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