¿Qué tiene el golf para que China le haya declarado la guerra?

¿Qué tiene el golf para que China le haya declarado la guerra?

Los clubes de golf en China son vistos como lugares donde se realizan transacciones no muy claras de negocios.

En la última actualización de su reglamento de disciplina, el Partido Comunista de China (PCCh) le prohibió a sus 88 millones de miembros unirse a cualquier tipo de club en el que se juegue golf.

Y esta medida, que forma parte de un paquete para meter en cintura a los miembros del partido tras los escándalos de corrupción, se sumó a otro anuncio referente al deporte.

Esta semana, el gobierno de China ordenó el cierre de 111 campos en su territorio, de acuerdo a la agencia de noticias estatal Xinhua.

Según la agencia, el gobierno del gigante asiático mandó clausurarlos -y envió una advertencia a otros 65 clubs- en un esfuerzo por proteger la tierra y el agua de varias zonas del país.

Y de acuerdo a las nuevas reglas del PCCh, sus miembros tienen totalmente prohibido «obtener, portar o usar tarjetas que los acrediten como miembros de gimnasios, clubes de golf u otro tipo de tarjetas de consumo o clubs privados».

Si alguno de ellos es sorprendido con alguna credencial similar podría ser expulsado del partido.

Pero, ¿por qué le preocupa tanto el golf a China?

Interacción social

En la actualización de las reglas de disciplina no hay una explicación clara sobre la decisión.

Sin embargo, de acuerdo al reporte de medios locales, en estos campos algunos altos funcionarios realizaron en el pasado sombrías transacciones.

Ya Mao Tse Tung, uno de los padres de la China actual, había definido al golf como un «deporte de millonarios».

Sin embargo, como consecuencia del gran crecimiento económico del país en las últimas décadas, este deporte se volvió en una de las mejores vías de interacción social y de hacer negocios entre las clases adineradas emergentes.

Pero de acuerdo a los reportes estatales, también se había convertido en fachada de oscuros negocios.

Así, en 2013 el gobierno liderado por Xi Jinping inició una fuerte cruzada contra la corrupción y el golf fue uno de los blancos de esa campaña.

De hecho, hace dos años, en 2015, el gobierno le había prohibido a los miembros del PCCh jugar golf, con la idea de evitar reuniones en lugares donde se promueve el consumo de comidas «extravagantes y caras».

La lucha va en serio. El pasado mes de septiembre medios locales reportaron que 60 empleados públicos fueron castigados por gastar recursos públicos jugando golf.

Y a principios de este mes, el vicealcalde de una localidad de la provincia de Fujian -en el sur del país- fue retirado de su cargo por pertenecer a un club y jugar golf mientras debía estar trabajando.

Cuidado ambiental

Luego está la otra parte de esta batalla contra el deporte: el tema ambiental.

El cierre de los 111 campos de golf el año pasado se basó en que éstos «utilizan una gran cantidad de agua y tierra para su construcción», anotó la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo de China (NDRC, por sus siglas en inglés).

«Los desarrolladores de estos campos de golf fueron hallados utilizando enormes porciones de tierra cultivable, áreas protegidas o extrayendo agua subterránea de forma ilegal», anotó la NDRC en su informe.

Ya varios ecologistas en el país y alrededor del mundo habían señalado que los campos para la práctica de este deporte son peligrosos para el medio ambiente.

«Los campos de golf requieren enormes cantidades de agua todos los días y esto podría derivar en una escasez de agua en la zona donde es construido», señaló un informe de Naciones Unidas sobre calentamiento global, que fue replicado por el NDRC.

Sin embargo, a pesar de la prohibición del gobierno central, los mandatarios de las provincias chinas han estimulado la creación de campos de golf y, desde 2004, bajo la figura de parques recreativos, se ha triplicado el número de ellos en el país.

Además, hay presencia del deporte en 33 provincias del país y, de acuerdo a la Asociación de Golf de China, unos 10.000 jóvenes están inscritos en programas de desarrollo de talentos y otros 300 hacen parte del programa profesional.

«Yo creo que la percepción de que es un deporte de élite, por ahora, garantiza que los cursos y los campos donde se desarrollan estos talentos van a permanecer«, le dijo a la cadena ESPN el periodista Josh Summers, del portal de internet Far West China.

 

Fuente: BBC Mundo

 
 
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