La Isla del Tesoro

La Isla del Tesoro

Un título que brilla de aventura, no sólo por emular tiempos de aventura y riqueza, sino porque hay mucho de verdad en todo lo que es y ha sido la isla de Curaçao –el país más nuevo del mundo, partiendo de un nombre de origen portugués “Isla de la Curación”, siempre ha sido una de las paradas obligatorias desde la época de piratas y corsarios, tanto por su ubicación estratégica como por su puerto natural, pero hoy es mucho más que una inspiración literaria de Julio Verne, declarado patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO en 1997 y enriquecido su atractivo turístico con su más reciente cancha de golf diseño de Pete DyeOld Quarry Golf Club manejada por el Hyatt Regency Curaçao en la Plantación de Santa Bárbara

Son muchos los tesoros que posee la isla de Curaçao, algunos provienen de su rica historia, otros destacan por su palpable herencia, mientras que otros esperan ser descubiertos.

Curaçao fue originalmente habitada por los Caiquetíos, indígenas básicamente recolectores y cazadores pertenecientes a la etnia de los Arahuacos que se presume llegaron hace unos 6.000 años desplazados de Venezuela por los Caribes, encontrándose al menos 7 diferentes cuevas arqueológicas en la isla con amplias pruebas de artefactos encontrados, tales como, cerámicas, instrumentos hechos de conchas, piedras o huesos, ornamentos, tumbas y pinturas sobre roca que datan de la Era Arcaica (2500 AC) y Era Cerámica (500 DC).

Rápidamente en América con la llegada de los europeos a finales del Siglo XV para determinar sus fronteras y la búsqueda de tesoros, fueron los españoles los primeros interesados en la isla quienes impresionados por la alta estatura de los indígenas Caiquetíos la llamaron Isla de Gigantes, cuando Alonso de Ojeda el primer lugarteniente de Cristóbal Colón en 1499 descubrió a Curaçao, también conocida por su abundante vitamina C en las frutas de la isla al observar Ojeda la recuperación de la tripulación por escorbuto. Igualmente, más tarde ese mismo año llegó el famoso navegador Américo Vespucio junto a Juan de la Cosa y fueron los primeros europeos que describieron la isla. Los españoles se establecieron formalmente en 1526, aunque al no encontrar oro y con la dificultad de siembra por la falta de agua fresca, abandonaron la isla después de permanecer en el poder por 125 años, pero antes se llevaron la mayoría de sus robustos habitantes como esclavos a otras islas del Caribe.

Los holandeses liderados por Joannes van Walbeeck y Pierre Le Grand tomaron posesión el 28 de Julio de 1634 venciendo al gobernador Lope López de Moria, y usaron la isla como ancla para apoyar otras colonias de la región, primero con la intensión de ser colonia agrícola, Curacao terminó convirtiéndose en el centro más importante para el tráfico de esclavos del Caribe hasta mover unos 500 mil esclavos antes del último galeón en 1788, además de aprovechar las lagunas naturales para la producción de sal con mucho valor comercial y cultivar frutas, nueces y maíz, tanto para alimento de los esclavos como para mercadear con los piratas y corsarios que a menudo paraban aquí, conformándose una excelente fuente de desarrollo económico y estabilidad financiera.

Los asaltos a los buques y plazas españolas y el contrabando en el caribe fue el objetivo primordial de los corsarios de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales durante las primeras décadas del siglo XVII, produciendo excelentes dividendos con dos terceras partes producto del corso y el resto del comercio, contrabando y transporte de sal, capturando 547 embarcaciones enemigas entre 1622 y 1636, consiguiendo incluso el sueño de todo corsario al capturar la ‘Flota de la Plata’ en Cuba donde iba a España todo el oro y plata de América fuertemente protegidas, pero el marino holandés Piet Heyn lo logró en 1628, lo que sirvió para financiar y construir una nueva flota con la que invadieron a Brasil.

En 1642 la compañía holandesa instaló al explorador holandés Peter Stuyvensant como gobernador y pronto consolidó las plantaciones de la isla, cada una con sus famosas estructuras o “landhuizen” (Casas de Campo) que llegaron a ser unas 100, de las cuales hoy todavía quedan unas 55 y forman parte del patrimonio histórico de Curaçao –24 de estas abiertas al público, construidas en base a corales y bloques de ladrillo con techos a dos aguas para colectar las lluvias, donde vivía el dueño junto a los esclavos de la casa acompañada de almacenes y chozas de esclavos que trabajaban la tierra o en las salinas. Una vez establecida la agricultura y algún tipo de orden en Curaçao, unido a sus profundos y protegidos puertos naturales y con la construcción de varios fuertes de gran tamaño –ocho de los cuales sobreviven, pronto la isla era un lugar seguro para mercadear bienes y esclavos, en época que comenzó a tomar forma el lenguaje “papiamento” entre esclavos y captores con una mezcla de portugués, español, holandés y africano que se convirtió en su forma de comunicación –también llamada la Lengua del Paraíso. Posteriormente en 1647 Stuyvensant fue director general del asentamiento de Nueva Ámsterdam –luego New York City.

Para finales del Siglo XVI se instalaron algunas familias de judíos sefarditas de Ámsterdam atrayendo otros hebreos de Europa y Sur América que huían de la inquisición española y portuguesa, fundando en 1.732 la sinagoga Mikve Israel Emanuel –la más antigua en América todavía activa, cuya comunidad temprano en el Siglo XVIII ya contaba con 2.000 integrantes, ejerciendo una gran influencia en la cultura y economía de la isla, así como jugó un papel protagónico en la creación de las primeras congregaciones de judíos en los Estados Unidos en los siglos XVIII y XIX, y posteriormente antes y después de la II Guerra Mundial con los inmigrantes provenientes de Europa huyendo de los nazis.

Dada su estratégica y bien defendida ubicación y su profundo puerto, Curaçao atrajo a los ingleses y franceses, siempre ocupados en el Caribe peleando por el control de las islas y sus productivas rutas, los ingleses lograron sacar a los holandeses un par de veces, primero de 1800 a 1803 y luego de 1807 a 1815, cuando se logró firmar el ‘Tratado de París’ que aclaraba las disputas del Caribe, dándoles a Curaçao de vuelta a la Compañía Holandesa, lo que más luego pasó a ser parte del Reino de Holanda como una de las antillas holandesas, cuyo centro administrativo estaba en Willemstad –donde aún permanece. Cuando el petróleo es descubierto en 1920, se abre un nuevo capítulo en la historia de Curaçao caracterizados de bonanza e inmigración que agregó nueva vida a su composición cultural ubicándola en el mapa del turismo.

En 1997 la UNESCO declaró el puerto de Willemstad “Patrimonio Mundial de la Humanidad” por su herencia cultural y muy bien conservado casco histórico –uno de seis en el Caribe, en el rango de la Vieja Habana, el Viejo San Juan y la Zona Colonial Santo Domingo, cuya lista mundial incluye las Pirámides de Egipto, la Gran Barrera de Corales de Australia, elSerengeti de África, y la histórica ciudad de Willemstad en Curaçao, que incluye en su acervo al distrito de Punda, y áreas aledañas de Otrobanda, Peitermaai, Scharloo, cuyos lugares conservan su valor e integridad arquitectónica, además ilustrar el desarrollo multicultural de su comunidad a lo largo de más de tres centurias, preservando así unas 765 edificaciones hoy convertidos en monumentos nacionales que datan de 1700, destacando el Fuerte Ámsterdam, el Palacio de Gobierno, la Sinegoga Mikve Israel-Emanuel y el colorido edificio Penha en los muelles.

Y más recientemente, el pasado 10 de Octubre de 2010 Curaçao se convirtió en una nación autónoma dentro del Reino de los Países Bajos, ahora el país más nuevo del mundo, hasta ahora uno de los cinco territorios insulares de las Antillas Neerlandesas, cuya sede ha sido Willemstad. Curaçao ahora dispone exclusivamente de los beneficios producto del turismo, incentivando sistemáticamente el desarrollo de nuevas instalaciones de puertos y hoteles en toda la isla, como es el caso de la nueva cancha de golf de campeonato diseño Pete DyeOld Quarry Golf Course, manejado por el Hyatt Regency CuraçaoSanta Bárbara Plantation, con un recorrido de 6.946 yardas par 72 lleno de aventuras y retos para conquistar en cada una de sus 18 banderas, mientras la mente se pierde de vista en el horizonte disfrutando de sus bellas formas geográficas, su fauna, su flora y la vista a la ciudad de Willemstad –capital de Curazao.

Se trata de un verdadero tesoro golfístico en las antillas holandesas que espera ser descubierto por los amantes de golf del planeta. Está en Curazao, a un paso de muchos países del Caribe y el mundo, a 25 minutos de su capital, una gran ciudad como Willemstad de claro espíritu conservador muy orgullosos de su historia, de singular atractivo turístico, y ahora, con una cancha de calidad PGA, en un hotel tipo resort holandés con 350 impresionantes habitaciones de la reconocida marca Hyatt, en un lugar particularmente único, en Santa Bárbara Plantation, a 40 minutos de Curaçao Hato International Airport, donde llegan regularmente todas las grandes líneas aéreas como AmericanContinentalDeltaAir FranceKLM, cada semana.

Bibliografía:

 
 
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