La grandeza de Annika

La grandeza de Annika

Eran pocas las probabilidades de acercarse y hacer un par de preguntas. Todos los medios estábamos atolondrados alrededor de ella, cada hueco de espacio se llenaba con un micrófono nuevo. Claro, es que la visita de Annika Sörenstam en México vino a remover diversos temas sobre el golf en Latinoamérica.

Con una sonrisa en la boca y su hijo en brazos, recordó lo “emocionante” que era jugar con sus amigas a nivel competitivo durante las exhibiciones del Lorena Ochoa Match Play. También nos mencionó que “es increíble cómo las cosas cambian. Aún recuerdo a una Lorena aficionada a este deporte y admiradora mía, con mucha hambre de crecer. Y hoy somos grandes amigas divirtiéndonos un rato”.

Annika compartió la importancia de realizar más eventos de este tipo en Latinoamérica, con el objetivo de “apoyar a las generaciones venideras”. Además, en un comentario bastante atinado de acuerdo a la situación del evento y la falta de presupuesto de este año en comparación de previas ocasiones, dijo que “esta ocasión fue más un torneo de exhibición para darle a Lorena el regalo de jugar con ella en su país y anunciar la fecha oficial de su ingreso al Salón de la Fama Mundial del golf“.

Y prosiguió: “Sin embargo, es necesario aumentar el apoyo considerando que es el único torneo del LPGA Tour que se lleva a cabo en México. Necesitamos más eventos así, igual de divertidos, y quizás hasta en la misma modalidad de match play“.

Sin hablar de la situación específica del golf latinoamericano, Annika abrió las puertas a seguir participando como invitada de honor al Lorena Ochoa Match Play, “para apoyar el proyecto, y que perdure por muchos años más”.

“Yo también – al igual que Lorena- estoy en un capítulo distinto de mi vida: mis hijos, mi esposo y mi familia son mi nueva prioridad. Me siento muy honrada de regresar a México y acompañar a Lorena en este punto de su carrera y en un campo excelente como el Club de Golf México”.

Respecto a la pregunta de cómo ha evolucionado o involucionado el LPGA Tour después de Lorena y ella, Annika mencionó creo que la gira “está haciendo las cosas bien ahora, cada vez hay más dinero a repartir, más torneos en el calendario y eso es notable. Creo que la competencia y el nivel está muy interesante”.

A los 46 años, Annika está firme sobre su decisión de no regresar al campo de manera profesional pues sus hijos “son mi mayor logro, aunque estoy agradecida y consciente de lo que hice en el golf. Ellos son mi orgullo más grande”.

Si bien Sörenstam no estará activa como quisiéramos, la leyenda sueca sigue en pie apoyar al golf en Europa, Estados Unidos y Latinoamericana (no debemos olvidar sus torneos juveniles ANNIKA Invitational, incluido uno en Buenos Aires). Además, este año será capitana europea de la Solheim Cup, torneo que promete sacar chispas en Iowa.

Pero al final del día, lo que más impresiona de Annika es su calma y grandeza. Su presencia es similar a la de Lorena: jugadoras que tendrían todos los motivos para ser más presumidas, pero que con humildad y real modestia intentan ayudar al golf sin buscar promocionarse a ellas mismas.

Annika es la más grande de esta generación del golf femenino. A veces cuesta entender que tuvimos la suerte de tenerla en México.

 

Nina María Iniestra de la Riva – Golf Channel Latinoamérica

 
 
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