El mundo del golf cede ante Trump

El mundo del golf cede ante Trump

Pese a las amenazas previas, el presidente de Estados Unidos solo perderá un torneo en los próximos meses

Es sabido que las campañas electorales calientan la boca de las personas y se dicen cosas que luego no se cumplen pasadas las elecciones. Sin embargo, esta máxima que hasta ahora se limitaba a los políticos también va a haber que aplicársela a la mayoría de los órganos rectores del golf mundial. Cuando Donald Trump era candidato republicano y soltaba sin freno sus soflamas contra inmigrantes y mujeres, los colectivos golfísticos montaron en cólera. Las amenazas de boicot a la veintena de campos del magnate llegaron desde todas las asociaciones, amateurs y profesionales.

La primera acción se sustanció hace seis meses, cuando el PGA Tour le quitó el torneo estrella de los que se celebran en sus resorts, la Copa del Mundo de Doral. Después de diez años se presencia continuada con esta prueba (y de 54 albergando un torneo del circuito) el complejo de Florida se quedaba sin ver a los profesionales. Y, por si fuera poco escarnio para el magnate, anunció que en 2017 se celebraría nada menos que en México, en el campo capitalino de Chapultepec. La reacción del empresario no se hizo esperar y lanzó su furia a diestro y siniestro, aduciendo una persecución política y denunciando una enorme pérdida de puestos de trabajo por llevarse una competición así al extranjero.

Luego, en julio, se celebraba el Open Británico femenino en Turnberry (adquirido dos años antes por Trump) y si se mantuvo en el calendario fue porque no dio tiempo a cambiar de sede con tan poco margen. Celebrar una prueba en el campo de un misógino no era el mejor reclamo para fomentar el deporte entre las mujeres, pensaban ellas con razón. No obstante, la sangre no llegó al río y todo salió bien.

Y ganó las elecciones

Después sucedió un periodo de incredulidad, en el que Trump superaba cribas y convertía en reales sus opciones hasta llegar a donde parecía imposible: la Casa Blanca.

Y claro, ahora han cambiado las tornas por completo. «Es un honor para nosotras poder jugar un torneo en un campo del presidente de los Estados Unidos -señala Kristie Kerr, veterana jugadora del LPGA y amiga personal del nuevo mandatario-. Es un hombre de golf y nos va a venir muy bien su apoyo para dar a conocer nuestro deporte. Y que nadie se engañe: aunque tenga una pose muy conservadora es una persona sensacional con una visión muy liberal en determinados aspectos».

También mostró su apoyo por el electo el antiguo número uno del mundo, Tiger Woods, que tuvo el honor de jugar en diciembre con el cuarto presidente de su país, después de haberlo hecho previamente con Barak Obama, Bill Clinton y George W. Bush, también ávidos practicantes del deporte verde. «Lo pasamos muy bien y hablamos un poco de todo -reconoció-. No nos jugamos nada porque yo estaba probando material nuevo y practicamos muchos golpes, aunque lo que más me sorprendió es lo lejos que le pega a la bola con 70 años».

Por si fueran pocos elogios, el mayor referente de la historia, Jack Nicklaus, le dio la bienvenida a su nuevo cargo. «Es un golfista como nosotros y debemos desearle mucha suerte en su nuevo cometido. Creo que será beneficioso tenerle de nuestro lado». Las puertas del golf se le han abierto de nuevo a Donald Trump.

Fuente: ABC Deportes

 
 
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