El Golf con un Mañana Promisor

El Golf con un Mañana Promisor

Una visión globalizada que tome todos los elementos que requiere la industria mundial del golf para que siga su curso y su ritmo ascendente, tomando los ejemplos del presente en los mercados más desarrollados para proyectarlo hacia el futuro en otros mercados y otros segmentos, observando un GOLF creciente y muy consciente de su potencial y fuerza deportiva, industrial, comercial, social, humana, ambiental, comunitaria y política, cuyo norte más destacado de promoción e impulso es el regreso Olímpico enRío 2016

GOLF es un deporte que tiene un claro futuro de crecimiento y desarrollo globalizado que se espera crezca un 20% los próximos 5 años, básicamente como resultado de la participación asiática apenas en sus inicios –17 millones nuevos jugadores se incorporarán sólo en China para el 2020, sin embargo, ese también es el caso en otros continentes, como África, Oceanía y por supuesto, Suramérica con los Juegos Olímpicos en Brasil para el 2016, sin descuidar que en la misma Europa también se pronostica crecimiento en países no tradicionales como Italia, España y Alemania. Las perspectivas no pueden ser mejores.

Sin embargo, ese no es el caso de Estados Unidos, cuando en el 2005 registraron 30 millones de golfistas, en el 2009 tenían 27.1 millones y en el 2010 decrecieron a 26.1 con una clara tendencia a la baja, producto de 1.5 millones de nuevos golfistas y 2.1 que regresaron a jugar para un total de 3.6, pero con 4.6 que dejaron de jugarlo, arrojando una pérdida neta de 1 millón de golfistas en el período, cuyo movimiento viene a partir del 2005 cuando los que se iban sumaron 3.5 y los que llegaron fueron 3.7, dejando 200 mil circulando, pero en el 2006 esos parámetros se invirtieron (3.7 idos y 3.5 regresados) y no han parado desde entonces, 2007 (4.2 egresan/ 3.9 ingresan), 2008 (4.9 egresan/ 4.0 ingresan), 2009 (5.2 egresan/ 3.7 ingresan) y en el 2010 (4.6 egresan/ 3.6 ingresan), recuperando algo de los perdido el año anterior gracias a una serie de programas orientados a atraer nuevos golfistas y retener los que se tienen. Adicionalmente a eso, como era de esperarse, tenemos que la demanda de canchas de golf como la oferta de las mismas andan en descenso, luego de superar con creces la cantidad de golfistas potencialmente capaces de llenarlas, observando en el 2010 sólo 46 canchas nuevas cuando llegaron a ser 398 en el 2000 y 220 en el 2002, mientras que las canchas cerradas llegaron a 107 en el 2010, con un promedio de 100 canchas por año los últimos 5 años.

Lo interesante de todo esto en Estados Unidos nos enseña y nos prepara para hacer un mejor trabajo mundialmente a la hora de promover el golf, no sólo para atraer más practicantes, sino para enseñarles de tal manera que no se vayan, que se queden y se conviertan en comunicadores y multiplicadores de la disciplina, y de ser posible se transformen en amantes del golf, con todos los derechos y responsabilidades que esto implica. Las investigaciones realizadas por la industria en ese país nos dicen que hay toda una serie de factores que influyen en esta merma de jugadores y de rondas jugadas –500 millones en el 2005 y 475 en el 2010 –mientras las rondas per cápita crecieron de 17.9 el 2009 a 18.2 el 2010, una es el hecho de cada vez se hace más difícil encontrar 4 ½ horas para jugar una ronda de 18 hoyos (“Time Crunch”), y en el otro extremo muchos se retiran porque se meten creyendo que lo aprenderán a manejar rápidamente (la mayoría lo considera de los más fáciles antes de probar) y se frustran cuando se dan cuenta que esto requiere mucho trabajo y dedicación (cuando lo juegan consideran que es el 2do más difícil), y lo que es peor, por ende no lo encuentran nada divertido en esa primera etapa cuando se enfrenten a la realidad del juego de golf, al empezar a hacer swing y quererle pegar a la pelota, observando como ésta no hace lo que queremos, y crece la impotencia y la impaciencia, agregando el factor pena de hacer el ridículo en público.

Muchos han sido los programas con éxito para enfrentar ese declive, como el First Tee y Get Golf Ready, captando a los nuevos participantes y enseñándoles a obtener resultados satisfactorios que le permitan comenzar a divertirse cuando antes, con la ayuda de la nueva tecnología tanto en la enseñanza para hacerla más efectiva usando golf computarizado, swinganálisis y simuladores high-tech, como en los equipos para hacerlos más permisivos al pegarle a la bola, pero también la industria está comenzando a entender que hay que profundizar la promoción de la disciplina, más allá de promoverlos como audiencias de televisión, hay que aleccionarlas sobre los valores del deporte en la cancha como fuera de ella, unas que tienen la tarea de fortalecer los nexos de lealtad y seguimiento, pero también es importante que la industria está comenzando a ver el mercado en forma diferente, reconociendo como participante potencial a todo aquel que tenga algún tipo de interés en este –estimado en 90 millones 2010, que haya tenido algún tipo de experiencia con el golf, lo juegue virtualmente o que sólo lo vean por TV, reconociendo que se trata de un segmento natural con conocimientos básicos sobre el juego con mayores posibilidades de incorporarlo al juego.

Todo esto permite anticipar que el camino a promover la disciplina tiene múltiples instrumentos disponibles, uno de ellos abriendo nuevas opciones que me permitan jugarlo en menos tiempo, según el nivel del jugador como múltiples tees, bien sea jugando rondas de 9 hoyos, bien sea jugando 18 en canchas par-3, bien jugando 18 hoyos en simuladores virtuales, o incluso lo que andan promoviendo en las conferencias GOLF 20/20, como es comenzar a pensar en canchas municipales y/o públicas con recorridos más cortos que permitan jugarlo más rápido y con green fees más económicos que faciliten el acceso, en el entendido que para hacer crecer la industria la estrategia a seguir es conseguir que más gente juegue golf y que los golfistas jueguen con mayor frecuencia, y para ello hay que hacerlo atractivo, divertido y remunerativo emocionalmente, así como hay que seguir el camino de hacerlo cada vez más accesible y fácil de aprenderlo, todos amparados por la gran campaña de golf que busca comunicar sus economías, su dimensión filantrópica y sus beneficios ambientales.

 
 
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