Código Bobby Jones: realidad o ficción

Código Bobby Jones: realidad o ficción

Los principios y valores en la vida como en el golf son de vital importancia, ya que sin ellos no fuera posible su existencia, luego creer en ellos, apoyarlos y promoverlos, como respetarlos y defenderlos, es de necesidad vital en garantizar la vida diaria de hoy y del mañana

Caracas, Venezuela, 27 de Abril del 2017, (www.RevistaFairway.com).- Hoy nos debatimos entre lo correcto y lo indebido, entre la defensa y la complicidad, entre la siembra y la agresión, entre la vida y la muerte, en la vida como en el golf. Por ello encontramos necesario seguir insistiendo sobre la defensa de los principios y valores propios del golf, que como en la vida, sin ellos sería imposible la convivencia como la evolución de los pueblos. El golf no hubiera llegado al actual momento de relevancia y popularidad globalizada, luego de más de más de cuatro siglos, sino no hubiera sido por sus principios y valores, como por el necesario protagonismo, salud y actualidad de sus Reglas de Golf.

De ahí la importancia de conocer un poco sobre el Código mejor conocido gracias al más grande de todos los aficionados, Bobby Jones, el cual nos ubica en el centro del corazón de la razón de ser de esta disciplina deportiva, hoy justamente, de nuevo Deporte Olímpico.

Hace una década el escritor senior de ESPN, Bob Harig, escribió el 9 de Octubre del 2007 sobre el Código de Honor de Bobby Jones, y cuyo artículo comenzaba así:

Más de 80 años después del incidente de la pelota del legendario Bobby Jones, la historia todavía es contada para mostrar que el golf es un juego de honor. El más grande amateur de todos los tiempos estaba compitiendo en el US Open de 1925, cuando inadvertidamente para todos menos para él, la pelota de Jones se movió levemente cuando se paraba para pegar encima del rough.

No había árbitros para llamar y declarar el movimiento de la bola, tampoco había oficiales de reglas que le pusieran la penalidad. El compañero de Jones era Walter Hagen que no vio la infracción, como tampoco lo vio el caddie o ningún espectador de los presentes. En ese momento el título del evento estaba a la expectativa esperando por Jones, pero cuando la ronda se completó, pronto se hizo del conocimiento público que Jones se había puesto a si mismo un punto de castigo.

El movimiento de la pelota no le ayudó en nada, como tampoco estaba en una gran violación, pero pasó, y esas son las Reglas de Golf. Por lo que Jones ni lo pensó. A conciencia que ese punto le costaba la victoria, y posteriormente perdería el desempate de 36 hoyos con Willie Macfarlane.

Posteriormente, cuando el famoso escritor de deportes O. B. Keeler buscó para aplaudir el deportivismo de Jones, el golfista le imploró que ni siquiera escribir sobre el incidente, cuando manifestó Jones, “Ud. muy bien puede alabarme por no robar bancos.” En golf, las reglas de golf son sagradas, incluso aquellas peculiares reglas, cuya violación no ofrecen ninguna ventaja (como en este caso).

Y lo que hace esto más importante aún, es que esta tarea de juez es típicamente parte del rol de jugador, sólo en las competencias de alto rendimiento, caso de los majors, por ejemplo, siempre hay un oficial de reglas cerca para estos casos, y de ser posible en cada partida. De manera que se convierte en parte del trabajo del jugador imponerse él mismo las reglas, muchas por su propia cuenta, al no poder disponer de un juez en todas las partidas, particularmente cuando no son de alto rendimiento, cuando son de carácter social o entre amigos.

Caso Mallon

Hay un viejo dicho que dice que si no estás mintiendo, no estás tratando,” dijo la cuatro veces ganadora de major en LPGA, Meg Mallon, quien insistió, “esto aplica para cada deporte, pero no para el nuestro. Así es este juego. Comenzó como un juego de caballeros, y ha seguido así. Uno aprende que es una cuestión de honor jugar según las Reglas de Golf e imputarse los puntos de castigo que uno comete en la cancha de juego. Es un juego de integridad.” Mallon lo conoce muy bien. Un año en el evento del LPGA en Toledo, Ohio, ella estaba liderando el torneo luego de la primera ronda, pero al entrar en la segunda, ella tuvo un momento en la que la bola se quedó vacilando al borde de la copa del hoyo. “Yo pensé que si la bola se quedaba moviéndose, la regla de los 10 segundos no aplicaba,” comentaba Mallon. Esto fue particularmente difícil porque Mallon se encontraba en una disyuntiva, porque si le pegaba a la bola en movimiento tenía un punto de castigo, y si esperaba los 10 segundos para pegarle a la bola que está en el borde del hoyo, también tiene una penalidad. Ella esperó y la pelota entró en el hoyo.

Desafortunadamente, no fue sino hasta que Mallon firmó la tarjeta que se puso a pensar sobre la regla, y consultó con un oficial la mañana siguiente. Revisaron la grabación del incidente, y habían pasado 19 segundos. Mallon tuvo que haberse puesto un punto de castigo, pero como no lo hizo, firmó una tarjeta errónea, y cuando un jugador firma una tarjeta menor que lo que corresponde, significa descalificación.

Código Bobby Jones, realidad o ficción (cortesía Agile Project Management)

Caso Wilson

Temprano en el 2007 en el Honda Classic, Mark Wilson se puso un golpe de castigo a su mismo en la segunda ronda cuando su caddie, Chris Jones, inadvertidamente le recordó el ángulo del híbrido Wilson que acababa de usar en el par-3, lo que no pensó en el momento, pero mientras caminaban al green, se dio cuenta que su caddie pudo haber infringido la regla 8-1 sobre dar un consejo a otro jugador, por lo que solicitó a un oficial de reglas y le dijo que tenía dos puntos de castigo. De no haber dicho nada Wilson, era muy improbable que alguien se hubiera dado cuenta de la infracción de la ley, lo que convirtió una ronda de 64 en 66. No fue sino hasta dos días después que Wilson se vio contendiendo el evento, el cual terminó ganando en desempate con muerte súbita el cual no hubiera sido necesario de no haberse impuesto la penalidad. “No creo que hubiera estado aquí de no ser por haberme puesto los puntos de castigo, porque hubiera estado pensando en eso, y si no lo hubiera hecho, cada vez que viera el trofeo lo hubiera visto con remordimiento,” manifestó Wilson.

Wilson violó la regla, pero eso no significa que el jugador pudiera buscar en su maleta la misma información, y aunque dar un consejo es contra las reglas, parece haber un código informal entre los caddies para darse información por medio de señales con las manos. Hay extrañas reglas en el golf, pero no dar consejo tiene un sólido argumento. Si un jugador tiene una ventaja sobre otro jugador, que lo detiene de dar consejo para ayudar a otro jugador? Eso no sería justo para el resto de los jugadores del field. Por eso es que los jugadores deben actuar como oficiales de reglas, para proteger no sólo a ellos mismos, pero para defender los derechos de los demás jugadores que compiten en el torneo. “No creo que haya un jugador en el tour que o hubiera hecho lo mismo,” dijo Paul Goydos, destacando, “así es el juego. Yo vi a Mark por televisión, y el ni siquiera quería hablar de eso. Me gustó como lo manejó; él no quería salir de esto como un mártir.”

A través de los años, ha habido varios casos de violaciones donde el jugador se impuso puntos de castigo. En el British Open de 1983, Hale Irwin presumió un movimiento de la bola y se puso un punto que le costó un puesto en el playoff con Tom Watson, lo cual no fue una infracción de por sí, pero Irwin se contó el punto de castigo. En el British Open del 2001, Ian Woosman se dio cuenta en el segundo tee de la última ronda que cargaba un driver extra en su maleta, que si no hubiera dicho nada, nadie se hubiera dado cuenta que violaba la regla que limitaba el número de palos a 14. Pero inmediatamente extrajo el palo y agregó 2 puntos de castigo en su tarjeta. En el Greater Hartford Open de 1966, Greg Norman se auto-eliminó del evento por la razón más técnica de todas: No estaba usando una pelota conforme a las Reglas de Golf. De hecho, la pelota estaba bien, pero la aprobación oficial no estaba otorgada todavía, lo que no le daba absolutamente ninguna ventaja, pero Norman hizo la única cosa que el sabía era lo correcto, descalificarse el mismo del evento.

La noción de que los golfistas son personas nobles y que se ponen ellos mismos los castigos que cometan en el juego, es una de las más sólidos argumentos del porqué el comisionado del golf, en su momento Tin Finchem, no estaba de acuerdo en las políticas de pruebas anti-doping, basado en el que el jugador sabe que no debe caer en el “rough,” ellos están consciente de que no debe tomar ninguna substancia ilegal que infrinja las reglas del golf, conociendo que ellos son los más indicados de imponerse la penalidad que corresponda, ya que golfista íntegro no debe presentar ninguna ventaja sobre su competidor.

De todos modos, qué es ilegal? Por eso es que ha habido un llamado por la prohibición de los esteroides y cualquier substancia que mejore el desempeño del atleta. Bobby Jones muy probablemente hubiera estado a favor de eso, como todos los jugadores saben dónde están parados en ese particular. De acuerdo con Sidney Matthew, quien ha escrito varios libros acerca de jones, el más grande amateur de todos actualmente se impuso penalidades en cuatro oportunidades en competencia, siendo la más famosa la del incidente de 1925 en Worcester Country Club cerca de Boston. Un año más tarde, Jones se penalizó a si mismo en el US Open cuando su bola se movió en el green mientras que se colocaba, lo que no le impidió sobreponerse de un déficit de 4 golpes en la ronda final para ganar su 2do US Open en Scioto Country Club, en Columbus, Ohio (1er US Open lo ganó en 1923 en Inwood CC, NY). Como dijera Jones: “Cuando uno juega sucio o engaña en el golf, uno se está engañando a uno mismo.”

 

Fuente: ESPN

 
 
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