El título que se le escapó a De Vicenzo en 1968

El título que se le escapó a De Vicenzo en 1968

AUGUSTA, (DPA).- Pasaron 41 años desde que Roberto de Vicenzo, el golfista argentino más grande de todos los tiempos, patentó la frase «qué tonto soy», pronunciada tras el error que lo privó de la oportunidad de luchar por el título del Masters de Augusta en 1968.

Hoy, Angel Cabrera lo vengó al obtener en el Augusta National Golf Club el segundo ´Major´ de su carrera, después de un dramático desempate en el que se impuso a los estadounidenses Kenny Perry y Chad Campbell.

Aquella frase de De Vicenzo, sincera, dolida y contundente, fue una herida abierta durante casi cuatro décadas para el deporte argentino. Con su sorpresivo título en el US Open 2007 Cabrera calmó en cierta forma aquel dolor, y hoy lo sepultó casi definitivamente.

Sucedió en 1968, un año después de que De Vicenzo impactara con su título en el British Open disputado en el campo de Hoylake. Aquel 14 de abril De Vicenzo cumplía 45 años. Probablemente su cumpleaños más amargo.

Tommy Aaron, su compañero de juego, le anotó par en su tarjeta en vez de los tres golpes, birdie, que había necesitado para el hoyo 17. De Vicenzo la firmó, y cuando se dio cuenta de lo hecho, ya era tarde. Terminó con un bogey en el hoyo 18, y en vez de 65 golpes, oficialmente había hecho 66. El desempate con Bob Goalby por el título era imposible.

El título que se le escapó a De Vicenzo en 1968

«Fue una de las más grandes vueltas en la historia de un ´Major´», señalan aún hoy todas las publicaciones especializadas. Pero no sirvió para ganar y De Vicenzo fue desde entonces más conocido por lo que pudo haber logrado que por lo hecho.

«Roberto, por tu culpa yo nunca gané ese Masters, tú fuiste el verdadero campeón», le dijo alguna vez Goalby a De Vicenzo.

«Claro que fue mi error firmar una tarjeta equivocada», admitió tiempo después a su vez De Vicenzo. «Pero la forma en que el público reaccionó no fue mi culpa, fue suya. El podría haberlo solucionado, todo lo que necesitaba hacer era, antes de recibir el saco (chaqueta) verde, decir lo siguiente: ´Lo siento, prefiero que juguemos un playoff mañana´. Eso hubiera sido suficiente, todo se habría arreglado».

Ese play-off nunca se jugó, pero 41 años más tarde hubo otro argentino, oriundo de la localidad de Villa Allende, en la provincia de Córdoba, a quien no le temblaron los nervios para alcanzar el desempate y ganarlo ante dos golfistas locales.

«Cuando gané el US Open él (De Vicenzo) me regaló un cuadro con un saco verde y me dijo que me lo quede porque algún día lo iba a ganar, así que esto se lo dedico», recordó hoy con un dejo de emoción Cabrera, instantes antes de que probarse la chaqueta verde destinada a los ganadores del Masters.

 

Fuente: La Nación – Foto: Central Press/Hulton Archive/Getty Images

 
 
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